El canibalismo es una práctica que moralmente resulta repulsiva para la sociedad. Comerse la propia carne es un acto de salvajismo que, más allá del dilema moral, tiene consecuencias que afectan la salud.
Hay varias consecuencias que ocurren cuando comes tu propia carne, si estás interesado en el tema, continúa leyendo este artículo.
¿Qué es el canibalismo y el autocanibalismo?
El canibalismo es más común en los insectos. Las arañas ponen huevos que son comidos por las arañas jóvenes en un proceso conocido como «reproducción maternal«.
De igual manera, los peces, los caracoles y los anfibios también se comen a sus hermanos cuando necesitan alimentarse para sobrevivir. Aunque los mamíferos no suelen recurrir al canibalismo, puede ocurrir. Por ejemplo, cuando los conejos se comen a sus crías en situaciones de estrés.
Por otro lado, se encuentra el autocanibalismo, el cual difiere del canibalismo en que su propósito no suele ser consumir carne humana de otra persona, sino la propia carne.
La práctica de autocanibalismo puede ocurrir por diferentes motivos, sin embargo, no se define como un trastorno en sí, sino como una consecuencia o manifestación de un problema mental mucho mayor que requiere de pronta atención.
¿En qué circunstancias se manifiesta el autocanibalismo?
Al igual que ocurre con otras formas de autolesión, este comportamiento suele ir acompañado de graves alteraciones cognitivas y perceptivas. Las personas que presentan este comportamiento suelen experimentar alteraciones de la conciencia o de las capacidades cognitivas.
Algunos casos establecidos suelen ir acompañados de graves trastornos cognitivos y perceptivos.
Las conductas autolesivas, donde se incluyen las autolesiones en forma de autoagresión, se producen a veces en situaciones que provocan altos niveles de activación, excitación e impulsividad en la persona afectada, normalmente como mecanismo de afrontamiento de la ansiedad y la tensión interna.
A veces ocurre en personas con retraso mental y en algunos trastornos graves del neurodesarrollo, se sabe que hay algunos casos de autismo donde se producen autolesiones.
Las autolesiones también pueden generarse en personas que sufren episodios psicóticos o que se intoxicaron con sustancias psicodélicas, como los alucinógenos, o psicoanalgésicas, como los estimulantes.
Este comportamiento también se ha observado como sedante en algunos casos de síndrome de abstinencia. Incluso se ha descrito en algunos trastornos de la personalidad, como el trastorno límite de la personalidad.
El autocanibalismo también se observa en personas que combinan la autolesión y la automutilación con el placer sexual, como resultado del sadomasoquismo.
Considerando esto, se puede decir que el autocanibalismo ocurre en situaciones donde la mente no se encuentra en las mejores condiciones, por lo que siempre hay un trastorno que es capaz de provocar esta situación.
De igual manera, hay otras circunstancias extraordinarias por las cuales se cae en el autocanibalismo, como donde se requiere de la carne humana para sobrevivir, por ejemplo.
Propagación de virus y bacterias
La carne humana es una excelente fuente de calorías, por lo que se puede considerar un buen alimento. Si te comes un muslo humano obtendrás unas 10.000 calorías, mientras que el corazón aporta 700 calorías. Una sola persona aporta unas 10.000 calorías al año.
Con respecto a las consecuencias de practicar el autocanibalismo, hay que tener en cuenta que los seres humanos son portadores de muchos virus y bacterias que pueden transmitir hepatitis, ébola, E. coli, y otras enfermedades desagradables a través de los alimentos.
Los científicos demostraron que comer seres humanos no es beneficioso por la variedad de virus y bacterias que se pueden transmitir a través de la carne. Por lo tanto, se trata de una práctica que resulta inmoral y peligrosa para la salud, a pesar de la cantidad de calorías que puede consumirse con la carne humana.
Los priones plantean un gran riesgo para quienes practican el canibalismo. Un prión es una forma alterada de una proteína normal que no solo pierde su función, sino que además es infecciosa.
Cuando un prión invade un organismo sano, convierte otras proteínas sanas en priones, desencadenando una reacción en cadena que altera la salud del individuo y provoca la enfermedad.
Las enfermedades causadas por priones pueden crear agujeros en el cerebro y provocar la muerte. A diferencia de otras enfermedades infecciosas, los priones no pueden ser destruidos por el calor o la radiación.
Aunque pueden formarse en cualquier tejido o músculo, suelen encontrarse en el tejido cerebral y en la médula espinal. Esto significa que existe riesgo de infección si se consume carne humana que contenga priones, y el riesgo aumenta si se consume el cerebro.
Se sabe que la enfermedad de las vacas locas causa daños cerebrales en el ganado adulto y puede transmitirse a los humanos por ingestión, provocando demencia y posterior muerte.
Comer carne humana también puede provocar el «kuru», una enfermedad degenerativa incurable similar al mal de las vacas locas.
La enfermedad se originó en Papúa Nueva Guinea, donde los caníbales comían los cerebros de sus muertos. El periodo de incubación de la enfermedad es de 10 a 13 años, y la muerte se produce un año después de la aparición de los síntomas.
Aunque el canibalismo es una práctica realizada por civilizaciones antiguas y tribus, resulta imposible comer carne humana sin exponerse a riesgos de virus y bacterias.
