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Lo bueno y lo malo de dormir con los niños

Para muchas familias es costumbre dormir con los niños, a pesar de que muchos aseguran por ahí que ello es una mala costumbre. Ahora, para evaluar un poco la situación la ciencia y los estudiosos del tema han decidido hablar al respecto no con el fin de presentarnos una postura en contra o a favor sino dando a conocer algunos de los pros y los contras que han podido identificar en ello.

Pues para que puedas tomar una postura más crítica al respecto aquí hemos querido presentarte lo bueno y lo malo de dormir con los niños.

Lo bueno de dormir con los niños

El dormir con los pequeños tiene diferentes ventajas para los padres. Dentro de ellas se encuentran:

  • El poder cuidar mejor a sus pequeños, sobre todo cuando estos son bebés. Cuando es así el dormir con ellos facilita mucho el cuidado y es que sabemos que los bebés recién nacidos y aún de varios meses se suelen despertar en la noche para comer. De esta forma, amamantarlos resulta más sencillo y cómodo ya que la madre no tiene que levantarse a ello. Además, se puede consolar inmediatamente empieza a llorar.
  • Otro punto positivo de dormir con los niños es que con ello se reduce la ansiedad en los pequeños, bebés, y también en los padres. Se sabe que los bebés que duermen con los padres presentan probabilidades menores de despertarse a llorar. Así mismo, facilita el descanso nocturno y es que muchos padres no pueden dormir bien cuando deben levantarse varias veces de la cama a vigilar a su bebé en la cuna o a dormirlos nuevamente.
  • Dentro de los puntos beneficiosos para las madres se encuentra el aumento en los niveles de la hormona oxitocina. Esta aumenta el vínculo entre la madre y el bebé y al mismo tiempo ayuda en la producción de la leche.

Lo malo de dormir con los niños

Pero, así como hay puntos buenos también hay puntos malos. Dentro de ellos destacan los siguientes:

  • Cuando un bebé duerme con sus podrás hay un mayor riesgo se sofocarlos con nuestro cuerpo o con las almohadas y cobertores que usamos en nuestras camas. El riesgo disminuye con el paso de los meses, pero cuando están recién nacidos es mayor.
  • Así mismo, con los niños en la cama las oportunidades para tener relaciones se ven disminuidas de una manera drástica. De eta forma, se empieza a desarrollar un mayor vínculo entre padres y el bebé, pero se empieza a resentir la relación de la pareja.
  • Finalmente, debemos tener en cuenta que cuanto más tiempo duerman los niños con los padres puede resultarles más difícil empezar a dormir solos. Además, conforme los niños crecen resulta menos cómodo dormir con ellos y es que un niño de dos años se suele mover mucho.

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